
Hace unos pocos meses pasé por unos días tormentosos, me tumbaron de mi lugar, me sacaron de mi casa, me cortaron los servicios y más, pagué el precio de confiar demasiado en la gente.
Las cosas van y vienen, estuve en shock durante 32 407 segundos y cómo mi vida va a 1000, creo que no tuve tiempo para deprimirme y si me di un tiempo para hacer unos regalos a mí mismo, entre los que estuvo un disquillo de Fito Paez, la primera vez que lo escuché me gustó la primera canción y posteriormente se puso denso, hasta el sueño.
Intenté escucharlo de otra forma y caí en “al lado del camino”
Nunca había puesto demasiada atención a la letra, descubrí y disfruté esta versión que trajo a mi mente miles de imágenes del pasado –llegaron sin necesidad de droga o alcohol- y así brinque por otros tracks que me permitieron apreciar mejor las letras, entre ellas un dueto con Joaquín Sabina.
Para muchos fans de Fito, el disco no aporta nada, dicen que es lo mismo y que están esperando que vuelva el creativo, experimental que abandone vivir de distintas versiones del pasado.
Para mi no es lo máximo, solo una oportunidad de escuchar mejor las letras al lado del camino fumando el humo mientras todos pasa…